El detenido, iniciales Y.W. (51), era propietario de una importadora donde mantenía, en vitrinas y bodegas, réplicas de la famosa figura infantil. En el local, los detectives realizaron una inspección de cada objeto, estableciendo características alejadas a la calidad y normas establecidas para elementos manipulables por niños, como tamaño, pintura y rotulación.

Los juguetes, pese a que utilizaban el nombre y logo original de la marca, constituían copias no autorizadas, motivo que significó la incautación de la totalidad de los artículos en venta, avaluados por un monto que supera los 4 millones de pesos.