Una superficie de 820 hectáreas de recursos vegetacionales nativos consumió el incendio forestal que, entre el 22 y el 27 de diciembre del 2014, afectó a las comunas de La Calera e Hijuelas. En la oportunidad, si bien el fuego no alcanzó sectores poblados como por algunos momentos de la emergencia se temió, quemó un área del Sitio de Interés para la Conservación de la Biodiversidad Cordillera El Melón, y además una parte de la zona de transición de la Reserva de la Biosfera Peñuelas-La Campana.

Para evitar que los servicios ecosistémicos que brinda este espacio siniestrado se pierdan producto de una eventual sustitución de especies nativas, lo que generaría más erosión del suelo y daño a la diversidad biológica presente, fiscalizadores forestales de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), junto a personal de Carabineros, se reunieron con los dueños y administradores de los predios de la zona, para advertirles que no se puede alterar este singular entorno natural pese al destructivo paso del fuego.
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Según explicó el jefe del Departamento de Fiscalización y Evaluación Ambiental de CONAF Región de Valparaíso, Leonardo Möder, “con tres motoristas de la Sección Forestal de la policía uniformada, visitamos a los responsables de los terrenos afectados para informarles que, a pesar de que sus predios fueron siniestrados, no está permitido realizar una sustitución de bosque nativo, ni cambiar el uso del suelo”.

Agregó que “la idea es manejar, recuperar, pero no reemplazar, especialmente considerando que en La Calera, resultó dañado el sector sur de la Cordillera El Melón, Sitio de Interés para la Conservación de la Biodiversidad; y, por otra parte, en Hijuelas, hay involucrada una zona de transición de la Reserva de la Biosfera Peñuelas-La Campana”.

En esa línea, Möder destacó que este espacio tiene mucha riqueza en cuanto a composición botánica nativa, tanto de formaciones vegetacionales de tipo arbustiva, como también de plantas suculentas o cactus. Además, posee hierbas y árboles autóctonos como peumos, quebrachos, bellotos del norte, naranjillos, pataguas, maitenes, litres, quillayes, molles y boldos.

Finalmente, expuso que “ésta es una zona de vegetación mediterránea, que sólo se puede apreciar en cinco lugares del mundo, realmente muy escasa”.