La destacada libreria porteña “Cummings 1 Bookstore” baja su cortina para siempre esta semana después de trece años en la Plaza Aníbal Pinto. Su dueño norteamericano James Henkel, piloto de profesión, con la ayuda de su amiga profesora de arquitectura Marion Koch abrió la galeria-bookstore en 2003. Desde el comienzo ha sido un lugar de encuentro para poesia, muestras de artistas locales y sobre todo, la cultura de la palabra impresa.

Ubicado justo en los escalones en la vereda de la subida llegando a los demás pubs y pistas de tango, Cummings 1 fue la pasión de sus empleados, donde asistieron Loro Coirón, Edgardo del Campo y otros pintores para mostrar sus obras. Pasaron miles de turistas en busca de un libro o dos como recuerdo de Valparaiso. Habian noches de discusión de filmes y literatura con la comunidad cultural.

En 2013, celebrando su décimo aniversario, El Martutino escribío acerca del hito:

Cuando viajas por el mundo, descubres que hay pocos lugares como Valparaíso, es una mezcla única entre un caos controlado y una belleza natural, siempre siguiendo su propio rumbo. Hice algunos buenos amigos aquí, y es sólo con su ayuda que llegamos a abrir o durar tanto tiempo. Todos los días, la gente entra sorprendida y preguntan, “¿cómo llegó esto aquí?” La respuesta es, trabajando duro y mucho. Para mí, es más bien un proyecto artístico que un negocio. En estos diez años he aceptado los costos y las disparejas recompensas, y una palabra amable y el agradecimiento de un cliente satisfecho en el momento exacto ayudan en gran medida.

Lamentablemente, con los años, la Plaza Anibal Pinto ha perdido su cachet como cuna de cultura bohemia con el cierre del afamado Café Riquet, el cambio de la Libreria Ivens desde frente de la Fuente Neptuno hacia Almirante Montt donde jamás ha recuperado su gloria antigua, ahora una mera sombra de lo que era en esta supuesta Capital de la Cultura.

Estos días Henkel vuela más a menudo por los Estados Unidos, entonces su tiempo en Valparaiso es muy corto. La librería se encuentra a los fines de su contrato de arriendo y el dueño de la propiedad no quiere renovar.