La preparación de los equipos de salud en el manejo de pacientes hospitalizados que presentan algún trastorno del área de la salud mental, se proyecta como de primera necesidad al interior del Hospital Juana Ross de Peñablanca, establecimiento perteneciente a la red del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, que ha ido enfocando sus prestaciones en el área de la rehabilitación y la salud mental.

La estrategia apunta a una adaptación y preparación de los equipos de salud para entregar una mejor atención a estos pacientes.

En este contexto, se realizó el curso: “Evaluación y manejo intrahospitalario de pacientes con Trastornos del Espectro Autista (TEA)” dirigido a funcionarios del área clínica del Hospital de Peñablanca, con el fin de adquirir nuevas herramientas de manejo de pacientes infantiles y juveniles con esta condición.

Cristian Gálvez, Director del Hospital de Quilpué, expresó que durante el año 2018 y 2019 se ha generado un aumento del número de consultas asociadas a problemas de salud mental, principalmente de cuadros de depresión mayor, ideación suicida y otros problemas vinculados con salud mental, que han requerido la adaptación y preparación de los equipos de salud para entregar una mejor atención a esos pacientes.

A través de esta capacitación se busca “hacer toda una preparación con los equipos de salud que no tenían mayor experiencia en el manejo de esos pacientes, por lo tanto, esta capacitación resulta fundamental para hacer el análisis de lo que nos pasó, cómo lo enfrentamos y como lo vamos a enfrentar en los próximos episodios”, expresó.

Manejo de pacientes TEA o Trastorno del Espectro Autista

Andrea Bañados, psicóloga del Programa Infanto Juvenil de la Unidad de Salud Mental del Hospital San Martín de Quillota, comentó la importancia de la capacitación permanente de los equipos de salud que interactúan con pacientes que presentan TEA debido a la prevalencia de este trastorno y al impacto que pueda generar un mal o buen manejo.

“Hoy es súper importante el poder psicoeducar en relación al trastorno, el que la población general entienda, sobre todo con el aumento de la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista, el ver cuáles son los apoyos necesarios y que ninguna intervención es igual a la otra. Es importante que se entienda que el vínculo del profesional con el chico que tiene TEA es súper trascendental, o más trascendental que en niños que son neurotípicos. Tanto en hospitalización, como en la atención ambulatoria, es uno de los aspectos que genera más impacto, además de estrategias de manejo conductual”.

La capacitación a cargo de Barbara Robles, terapeuta ocupacional; Andrea Bañados, Psicóloga clínica; Denis Gómez, médico psiquiatra; y Erika Miranda, enfermera, abordó temáticas como las bases neurobiológicas, emocionales y conductuales del TEA; Neuropsiquiatría y tratamiento farmacológico del autismo; Alteraciones sensoriales y abordajes desde la terapia ocupacional; Intervenciones de Psicología conductual aplicada a pacientes hospitalizados; Abordaje de las crisis de inquietud psicomotora y agitación, entre otros contenidos teórico prácticos.

Ampliar las prestaciones de salud mental

Carla Magna, psicóloga clínica y coordinadora de la Unidad de Salud Mental del Hospital de Peñablanca, expresó que desde el año pasado el recinto está trabajando en conjunto con el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, para ir ampliando las prestaciones de salud mental. “La idea es que a mediano plazo, cuando ya estén instalados los hospitales más grandes como Marga Marga y Quillota Petorca, este hospital se focalice en las áreas de salud mental y rehabilitación”.

La profesional expresó la necesidad de “ir preparando poco a poco al personal para esos cambios que van a venir. Nuestros funcionarios han ido observando que la demanda ha ido en aumento y el programa de Salud Mental a nivel nacional apunta a una reducción de las hospitalizaciones en establecimientos psiquiátricos, para que progresivamente los hospitales y programas locales, atiendan las necesidades de pacientes, tanto con patologías psiquiátricas como neuropsiquiátricas, potenciando así su reinserción social, aprovechando los recursos y potencialidades del paciente y su red social, a fin de que el tratamiento no se centre sólo en los déficits o síntomas”, finalizó la coordinadora de la Unidad de Salud Mental.