Como “la piedra más linda de Los Andes” catalogaron los vecinos del barrio Alonso de Ercilla de dicha comuna, el trabajo que realizó en la plaza del nuevo paseo Elías Foncea el escultor chileno José Miguel Cárcamo Fonseca, quien es reconocido mundialmente por sus obras individuales y colectivas. “Nos parece maravilloso. Para nosotros es un gran orgullo contar con esta escultura porque vemos que es la única que existe, de este tipo, de esta calidad, dentro de la ciudad. Antes este lugar era conflictivo, sucio, teníamos que cruzar por cerros de basura. Miren ahora: vamos a pasar por una calle pavimentada y con un espacio urbano precioso”, expresó la presidenta la Junta de Vecinos Alonso de Ercilla, Elcira Hernández.

José Miguel Cárcamo, aplaudido mundialmente por su arte, trabajó en un granito extraído del lecho del río Aconcagua e instalado en el corazón del sector Alonso de Ercilla.

Mediante la gestión de la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo (Seremi Minvu), en colaboración con la Municipalidad de Los Andes, la intervención de este artista marca un hito en la historia del Minvu, puesto que es la primera vez que, a nivel Nacional, su programa Quiero mi Barrio (PQMB) incorpora cultura de alto estándar en uno de los barrios de Chile.

“Esta iniciativa se enmarca en los ejes de Equidad Social y Patrimonio Cultural de las Artes de nuestro Gobierno. Nuestro objetivo es atender la desigualdad y desarrollo en el país, fortaleciendo una democracia inclusiva, participativa y sostenible”, aseveró el seremi Minvu Valparaíso, Rodrigo Uribe.

Explicó que la génesis de este proyecto se funda en la participación ciudadana y la historia del nacimiento del Barrio Alonso de Ercilla por los años del Gobierno de Salvador Allende. “Esta intervención artística se genera desde la metodología participativa del programa, que atiende la solicitud de los vecinos de erigir una memoria al esfuerzo solidario por el cual han convivido largos años”, acotó.

La escultura refiere la memoria al origen, al esfuerzo y a la solidaridad de las familias que tradicionalmente viven en el Alonso de Ercilla.

Uribe contó que “el origen del barrio se da por aquellos años en que un grupo de vecinos vivía en un campamento a las orillas del río Aconcagua. Fueron varios años de esfuerzo y solidaridad para luchar contra el abandono público, que finalmente retorna con la creación del Programa Quiero mi Barrio. Es la importancia de esta piedra que hoy está siendo intervenida por el renombrado escultor José Miguel Cárcamo: un granito sacado del lecho del río para instalarlo, simbólicamente, en el nuevo paseo urbano Elías Foncea”.

La escultura posee varios lenguajes de pertinencia social, patrimonial y cultural de la zona, pues, en cuanto a la pertinencia, se tiene una piedra canto rodado de río que se erige como un “menhir” (monumento megalítico que está formado por una gran piedra alargada, clavada en el suelo en posición vertical), aludiendo a la fertilidad y al inicio de una historia común en las familias del barrio Alonso de Ercilla.

“Esta escultura está colocada en orientaciones cardenales que aluden el paso del tiempo en la rotación y traslación solar, por lo que habla de crecer y surgir del barrio”, anotó el seremi Minvu.

Manos creadoras

Tras culminar las obras de construcción del paseo Elías Foncea, con recursos del programa Quiero mi Barrio, con la colocación del granito en bruto traído del lecho del río Aconcagua, el escultor José Miguel Cárcamo acepta la invitación de esta Seremi para esculpir la roca, previa conversación con los vecinos del barrio Alonso de Ercilla para establecer el diseño definitiva de la misma.

El artista recoge e interpreta los conceptos que son transferidos desde la comunidad por medio del PQMB. “La obra es una relación identitaria de la comunidad con este nuevo espacio público”, añadió Rodrigo Uribe.

Cabe notar que el escultor interpreta, esculpe en este granito, el abrazo vecinal en un elemento pétreo que exalta la patrones de la cultura precolombina, de la Cordillera de Los Andes, de las piedras tacitas, del agua, de las herramientas del hombre y de la mujer latinoamericanos.

“Con ello la escultura quedará registrada como Monumento Nacional en la Dibam del Consejo de Monumentos Nacionales”, expuso el seremi.

Al respecto, José Miguel Cárcamo, de dilatada trayectoria en el arte de trabajar la piedra, confesó que “con esta intervención le estamos dando un nuevo sentido a un bloque de piedra instalado por la Seremi Minvu Valparaíso, cuya autoridad me planteó este proyecto interesante, porque se trata de acercar el arte a la comunidad”.

“Me comentaron que los vecinos habían tenido un conflicto con la forma de la piedra, una imagen prejuiciosa, y obviamente uno puede reconstruir eso y darle un nuevo sentido. En lo inmediato, la gente no va a comprender que es lo que es esto, y la verdad es que no tiene por qué comprenderlo tampoco; pero a largo plazo irá tomando un valor propio. Lo que yo hice fue darle ese valor extra… Mi objetivo, con la experiencia de la escultura, es hacer algo que sea mucho más orgánico, mucho más auténtico, vinculado a la zona”, manifestó.

Cárcamo puntualizó “que este es un granito, por lo tanto una roca muy dura; es una piedra de la zona. El diseño empleado es muy simple, pues en el fondo es conservar algo muy primitivo, pero darle un destino moderno. Hice unos vaciados y puse elementos basados en la cultura de Los Andes. Investigando supe que en la zona se hacían restauraciones en pocitos, muy propias del arte precolombino”.

Para Cárcamo esta iniciativa del PQMB “marca un hito”. “Eso se va a notar después. Primera vez que el Gobierno coloca una escultura de alto nivel en un barrio, en una zona fuera de los cánones de elite. Creo que se está marcando un precedente y que esta iniciativa será replicada en otras regiones del país”.

En ese sentido Rodrigo Uribe manifestó sentirse muy satisfecho con el producto. “Esto es un regalo adicional para el barrio. Le da un carácter distinto de poder reconocer una piedra y poder convertirla en una obra de arte para la comunidad, para el sector y la comuna de los Andes. Es poder reconocer que una pieza de arte puede estar perfectamente en los barrios y en los sectores más sencillos de nuestro territorio. El arte no es de una elite, es para todos”, dijo.

Visión vecinal

En cuanto a la visión que tienen los vecinos del barrio Alonso de Ercilla de Los Andes, respecto de la presencia de esta pieza de arte en el paseo Elías Foncea, Elcira Hernandez insistió en que “esta zona antes era un lugar conflictivo, sucio; teníamos que cruzar por cerros de basura. Mire ahora, vamos a pasar por una calle pavimentada. También funcionó una garita de buses que nos dio más problemas que provechos”.

Acotó que “estamos felices, ya que después de 45 años habitando esta población, saliendo del río, de la mugre y de la pobreza, por fin podemos vivir dignamente. Ahora nosotros decimos que ya nos somos pobres: que somos familias de clase media”.

En relación con la escultura, la dirigente expresó que “esta simboliza la piedra que arrastró el río junto a nosotros”.