Los niños y niñas están más contentos en eso coinciden las educadoras del jardín “El Peneca” de la comuna de San Felipe. ¿La razón? La apuesta que hace la JUNJI de poner el juego y la creatividad como eje de los procesos educativos desde la sala cuna hasta los niveles mayores.

En la sala cuna menor hay lactantes desde los 5 meses hasta poco más de un año, en este espacio los niños acceden a múltiples colores y formas, los párvulos saben que pueden desenvolverse con plena libertad en este espacio seguro, en el que está todo pensado para la estimulación y el desarrollo.

“Junto al equipo ideamos estrategias para estimular a los párvulos, cambiamos la disposición de la sala, generamos actividades en las cuales se entrelace el juego y la actividad sensorial, las guaguas pequeñas están descubriendo el mundo y la idea es que se sientan con libertad de escoger lo que sea de su interés”, explicó Susana Herrera, educadora de sala cuna.

A través del juego libre y la exploración se favorece el desarrollo de todos los sentidos, la construcción del movimiento, el lenguaje y la autonomía a través de la concentración que logra; la cual es un impulso de su interior que le permite centrarse de forma natural siendo un punto de partida; es decir todo se inicia desde su interés.

Los niveles más grandes en los que los niños y niñas tienen entre 2 y 4 años se fomentan los juegos de exploración, hay talleres de expresión plástica, juego de roles, pintura y un abanico de actividades todas orientadas a fomentar la autonomía dando a los niños y niñas la libertad de escoger, crecer y desarrollarse junto a sus compañeros y compañeras.

“El rol protagónico lo tienen los párvulos y nosotras las educadoras cumplimos con un rol mediador, esto permite dar mayor autonomía a los niños y niñas desde que dan sus primeros pasos hasta que egresan del nivel medio mayor. Ha sido un cambio significativo, y un tránsito que ha obligado a soltar antiguas estrategias como mantener a los párvulos sentados o haciendo a todos la misma actividad. Es imposible que 20 niños y niñas quieran hacer lo mismo al mismo tiempo. Dar libertad de elegir reduce los niveles de ansiedad y los párvulos son más felices”, explicó María Antonieta Contreras, Directora del jardín infantil.

Las educadoras actúan como mediadoras en los procesos de aprendizajes, poniendo a disposición de los niños y niñas espacios y materiales adecuados para su desarrollo