María Cristina Manutomatoma Pakarati y Omar Castillo Kares, son un matrimonio de esos que duran toda la vida. De hecho, ya llevan 40 años casados y una de las cosas que los mantiene unidos es el trabajar juntos, en este caso en la producción de papayas en Rapa Nui, lugar en el que comparten sus vidas y las labores de riego, cultivo, cuidado y cosecha de estas plantas.

Se trata de una variedad de papaya natural de Centroamérica, conocida como Maradol, la que se da con facilidad en la isla, por su clima y condiciones geográficas, y la que además le ha permitido al matrimonio Castillo Manutomatoma continuar la educación de sus 4 hijos y contar con la estabilidad económica necesaria para vivir con tranquilidad.

“Hace algunos años mi marido quedó sin pega y no hallábamos qué hacer, queríamos producir algo y yo no sabía nada de agricultura. Era artesana y teníamos 4 niños, que había que mantener, así que tomamos la opción de producir hortalizas. Una amiga me dijo que plantara papayas. Lo pensé y tuve la gran suerte de conocer a una profesional cubana, especialista en este cultivo, que trabajaba en el Programa Prodesal que teníamos en la isla. Ella me asesoró. No fue fácil al principio, pero ahora estoy feliz”, relata María Cristina, quien es usuaria de INDAP desde el 2005.

Actualmente producen 1,5 hectáreas de papayo variedad Maradol. En total 3600 plantas de este sabroso fruto. Cada planta, explica la emprendedora, es capaz de producir más de cien kilos de papayas, las que comercializa luego en hoteles y residenciales de la isla y en un puesto propio en la feria agrícola local, ubicada en la avenida principal Atamu Tekena.

Una característica singular en su producción es el hecho de que cada dos años renuevan los papayos, los que aproximadamente 8 meses después comienzan otra vez a producir este exquisito fruto, que se caracteriza por su pulpa suave y color “rojo salmón” al madurar, así como por su gran tamaño -mide entre 22 y 27 centímetros-.

Única productora

Esta usuaria INDAP asegura que es la única productora de este tipo de papaya en la isla y en todo Chile: “Yo soy la única que produce esta papaya y hago todo el trabajo que involucra el cuidado de las plantas su cosecha, la recolección de semillas y todo el proceso. Y aunque esta papaya no es la original de la isla, es una semilla introducida (una variedad que se creó en Cuba) a mí me ha dado muy buenos resultados”, dijo.

La agricultora se ha destacado también por su activa participación como representante en la Mesa de Coordinación del PDTI desde el 2014 hasta el 2018 y en su currículum agregó además el haber formado parte, en 2016, de una gira tecnológica a Colombia, junto a otros 7 productores locales, en donde visitó predios agroecológicos y producciones de papayas de exportación.

Su brazo derecho en todo esto ha sido su marido, quien se preocupa del riego de los cultivos. Hace pocos meses, se adjudicaron un proyecto de riego a través del convenio entre INDAP y el Gobierno Regional de Valparaíso que los tiene muy contentos. “INDAP nos instaló un nuevo sistema de riego tecnificado por goteo para la plantación de papayas y de hortalizas que tenemos. Esto nos ha servido mucho, hemos tenido meses muy secos y hemos logrado producir de todas maneras con el riego. Estamos contentos, antes teníamos un sistema más artesanal y esto nos permite modernizar nuestra producción”, comentó Omar.

La papaya Maradol es rica en potasio y una fuente muy importante de vitamina C, así como de provitamina A. Contiene pequeñas cantidades de una enzima, la papaína, que ayuda a digerir las proteínas y se recomienda como tratamiento terapéutico para enfermedades gástricas. Entre sus usos está el de clarificadora de la cerveza y cosmético para eliminar manchas de la piel. “La papaya tiene mucha vitamina C, caroteno, papaína y es muy saludable para el ser humano”, agrega María Cristina.

“Como Ministerio de Agricultura a través de INDAP, nos hemos enfocado en potenciar la agricultura familiar campesina en Rapa Nui y en especial estamos preocupados de modernizar sus sistemas de riego lo que hemos logrado a través del convenio INDAP – GORE que también benefició a esta usuaria productora de papayas. Estamos, por otro lado, mejorando las asesorías técnicas con orientación a la sustentabilidad del ambiente y el rescate del patrimonio vegetal y cultural. Y se implementó el Programa de Desarrollo de Inversiones en Suelo Indígena, que consiste en financiar inversiones orientadas a mejorar el manejo y productividad del suelo, entre otros proyectos”, expresó el director regional de INDAP, Fernando Torregrosa.