Durante años hemos buscado respuesta a los más de 186 mil niños y jóvenes que están fuera del sistema educativo, y a los que se estima podrían sumarse otros 80 mil a causa de la 'pandemia'. Hemos hecho rumas con mochilas, instalaciones de aulas vacías, vitrinas de temporada escolar sin uniformes, performance musicales y toda suerte de intervenciones ciudadanas para intentar llamar la atención sobre esta injusta realidad.
Hoy estamos más cerca de dar respuesta a este tema invisible para la mayoría, ya que este jueves 25 de febrero el Consejo Nacional de Educación comunicó en su página web la aprobación de una nueva modalidad educativa, la de Reingreso. Esto viene a reparar una deuda gigante del sistema escolar chileno, una tarea pendiente con los niños y jóvenes que, por distintas razones, se han visto obligados a dejar sus estudios. Muchos simplemente los abandonaban, otros se integraban a escuelas de adultos, pero no existía una respuesta integral que permitiera brindar procesos diversos y flexibles a la realidad esta población vulnerada en su derecho educativo.
Esta aprobación permitirá brindar espacios y alternativas flexibles para que este grupo pueda continuar sus estudios, asegurando así un derecho humano fundamental, el derecho a la educación. Esto empieza a reparar la deuda con esos niños y jóvenes a las que tantas veces hemos defraudado y dejado “pateando piedras”. Esta buena noticia no lo es sólo para los estudiantes; es también una señal de apertura a la flexibilización de un sistema ultra regulado, rígido y que, en muchas ocasiones, coarta el accionar de las comunidades educativas.
Sin duda, la implementación de la Modalidad de 'Reingreso' es un gran avance, pero también nos plantea muchos desafíos. En lo inmediato, mientras la discusión se centra en volver o no y cuándo a las clases presenciales, nosotros celebramos el “súper lunes” este primero de marzo con esta aprobación que es un triunfo para los miles de niños y jóvenes vulnerables y vulnerados en su derecho a la educación, que ahora sí podrán volver a estudiar.