La exclusión educativa es un tema gravísimo, con consecuencias definitivas sobre la vida de las personas, sus familias y de la sociedad en su conjunto.
Es como una dura montaña de hielo, que se interpone en el futuro de al menos 224 mil niños y jóvenes que en Chile han sido privados de su derecho a la educación. Este 2022, 50 mil no se matricularon y no fueron a clases, quedando a merced de la calle, donde abundan los explotadores laborales de toda índole. Busquemos todos juntos —gobierno, legisladores, sociedad civil organizada— una solución definitiva al problema.
Aquí proponemos una hoja de ruta con cuatro acciones urgentes:
- Proponemos una discusión inmediata del proyecto de ley para implementar una subvención para la modalidad educativa de reingreso;
- Crear una campaña nacional de búsqueda de niños y jóvenes que hayan —por diversas razones— abandonado su educación, convocando a actores públicos y privados en esta tarea, para lo cual, las 90 oficinas locales de la niñez, dependientes del Ministerio de Desarrollo Social, pueden ser una gran herramienta;
- Creemos también necesario mejorar la oferta de reingreso, desafiando a nuestro sistema educativo, en alianzas público-privadas, para que cada comuna cuente de aquí a 2024 con al menos un aula, escuela y/o centro de reingreso;
- Y, aunque todas las ideas que sumen en esta tarea son bienvenidas, hacemos por último un llamado a mejorar y ampliar los fondos concursables de reinserción. Hoy existen 26 proyectos, que ni siquiera tienen presencia nacional. Por ello, proponemos que en 2023 existan al menos 70 proyectos para esta tarea.
Queremos que la educación vuelva a tener un espacio en sus vidas. Estamos y debemos transversalizar los esfuerzos para buscar y dar a nuestros niños y jóvenes una oferta pertinente para que nunca más vuelvan a sentir que se quedaron atrás.
Fernando Rojas,
Alejandra Arratia,
Juan Cristóbal Romero,
Liliana Cortés