Según los especialistas, la polución ambiental es la que provoca cerca de cuatro mil muertes prematuras en el país, especialmente por las partículas conocidas como PM 2.5, uno de los contaminantes más nocivos para la salud de la población.

En los últimos días hemos sido testigos de la problemática que ha generado la mala calidad del aire en Santiago. A la gran cantidad de industrias que funcionan en la capital y al constante aumento de la flota automotriz, se le suman la mala ventilación natural que tiene la ciudad y la escasez de lluvia, lo que ha generado varios episodios de alerta y uno de emergencia ambiental en lo que va del año.

Sin embargo, el sur del país no dista mucho a esta realidad. A la situación de Temuco, debemos agregar lo ocurrido en la Región de Aysén, específicamente en su capital, Coyhaique. Aquí sus habitantes han tenido que afrontar al menos dos episodios de emergencia durante este año, siendo la última de ellas el día 24 de Junio.

En abril de este año diversos medios de prensa hablaban de Coyhaique como la ciudad más contaminada del mundo, citando un estudio de Air Quality Indez, empresa dedicada a medir en tiempo real la calidad del aire en varias ciudades del orbe.

Las causas que provocan la polución del aire en esta zona de la Patagonia dicen relación al uso de leña para calefaccionar las casas, situación que forma parte de la idiosincrasia del habitante de estas tierras, que en invierno debe lidiar con temperaturas que pueden superan fácilmente los 10 grados bajo cero.

La situación en el sur es preocupante, ya que las autoridades han señalado que más del 90% de las emisiones de material particulado son de origen domiciliario, por el uso de leña como método de calefacción residencial.

Si bien es cierto que las autoridades han trabajado en forma esmerada en planes de descontaminación, los cuales contemplan entre otros la regulación del uso de la leña y el mejoramiento de su calidad mediante la entrega de leña con bajo porcentaje de humedad a familias vulnerables, estas medidas aún no han tenido los resultados deseados.

La realidad indica que se deben adoptar mayores y más radicales medidas tendientes a dar soluciones eficientes, a fin de reducir los niveles de contaminación.

Sin perjuicio del proyecto de Equidad Tarifaria Residencial que esta semana presentó la Presidenta Bachelet, que permitirá disminuir los precios a las cuentas de la electricidad en cerca de un 15% en nuestra región, es necesario un esfuerzo más grande por parte del gobierno.

Tal como sucede en Punta Arenas, donde existe un subsidio para el gas que permite una calefacción domiciliaria a bajo costo, la región de Aysén debiera tener un subsidio a la energía eléctrica, para así poder cambiar de raíz la matriz energética que se utiliza para la calefacción domiciliaria.

Esto nos permitiría matar dos pájaros de un tiro; terminar con la contaminación atmosférica que en los meses de invierno hace estragos en la salud de las personas, y terminar con la deforestación por la explotación de la leña, un tema que en una región como la nuestra, donde su gran atractivo turístico radica precisamente en el verde de sus paisajes, puede ser nefasto.

Aysén es considerada como una región “reserva de vida”, donde la naturaleza es protagonista y los paisajes son únicos e irrepetibles. Lamentablemente, su capital en invierno dista mucho del concepto que la región proyecta al mundo, por lo que necesitamos con urgencia que el gobierno adopte medidas potentes que permitan terminar con la grave contaminación que afecta a Coyhaique.