Chile es un país privilegiado, cuya geografía y clima aportan al ámbito nutricional una gran gama de alimentos, tanto de tierra como de mar. “Esta gran variedad de alimentos otorga una amplitud fascinante de valores culinarios, nutricionales y medicinales, considerando que nuestro país tiene diferentes microclimas y, por tanto, propiedades de plantación y cultivo que enriquecen nuestros alimentos con una amplia tonalidad de propiedades”, señala Stefanie Chalmers, docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.
Desde el 2009, cada 15 de abril se celebra el Día de la Cocina Chilena, como una manera de difundir nuestra rica gastronomía. Una fecha ideal para rescatar las mejores recetas y tradiciones culinarias propias de nuestra tierra.Es por ello que, ad portas de celebrar el Día de la Cocina Chilena, la nutricionista plantea que el sabor y el poder preventivo y curativo de nuestra comida, no debe ser sustituido por la alimentación rápida. “Esta última, aunque económica, nos propone una costosa vida a largo plazo, con enfermedades crónicas no transmisibles, que imponen un alto costo económico y de calidad de vida, tanto en lo particular como a toda la sociedad y, por si fuera poco, el olvido de nuestras raíces alimentarias impone a la vez una pérdida de valores culturales culinarios incuantificables”, afirma.
Para sumarse a la fiesta conmemorativa, la nutricionista invita a degustar con entusiasmo y a innovar en los alimentos chilenos que consumimos en el hogar. ”Si tenemos habilidades o entusiasmo en la cocina, o bien la oportunidad de salir a degustar la comida chilena a manos de expertos, recomiendo disfrutar de nuestros maravillosos ceviches, paellas y curantos. Y en casa, comenzar a incorporar alimentos tan nutritivos y abundantes como la jibia, las algas, el ají y toda nuestra gran variedad de frutas y verduras”, dice.
Por ello, Stefanie Chalmers comparte un par de recetas con productos de la zona central de Chile. “Existen recetas básicas, muy importantes y nutricionalmente envidiables, que no requieren más que unos minutos de dedicación para su preparación y que nos empapan de tradición y propiedades saludables que no podemos desperdiciar”:
Ensalada Chilena
Tomate, cebolla y perejil
“Esta preparación ofrece propiedades diuréticas, expectorantes y con un poder antioxidante y antiséptico envidiable por cualquier medicamento. Su elevado contenido en vitamina C y su gran aporte de vitamina E y de vitaminas del complejo B, minerales y oligoelementos, son una combinación perfecta de nutrientes para mantener una buena salud”, comenta.
Para la experta, su sabor fresco y sus propiedades depurativas permiten que pueda ser una ensalada acompañante de una gran variedad de platos. “Y un detalle no menor es su bajo aporte calórico, lo que permite que podamos comerla en abundancia, sabiendo que en lugar de acumular excesos, estaremos favoreciendo la depuración de las sustancias tóxicas del organismo”, asegura.
Al aderezarla, comenta que no hay problema en incorporar aceites a gusto, pudiendo variar entre los sabores de la pepita de uva, el aceite de oliva, solo cuidando no agregar demasiado.
Charquicán
“El charquicán es un plato de lujo, en el sentido correcto de la palabra, ya que permite ofrecer las mejores propiedades nutricionales, inmersas en una variedad de sabores que pueden ser modificados a elección de la familia y con un costo económico bajo, que demuestra la astucia de quienes lo prefieren, y su eficiencia impecable en términos de costo/sabor/nutrición”, indica la nutricionista.
El charquicán es un plato que desde su origen se preparaba con lo que se pudiera recolectar. “Hasta hoy ha evolucionado así, rescatando sabores de temporada, con variedad de preparación en las distintas zonas del país, ya que es un plato bienvenido de norte a sur”, comenta.
Para Stefanie Chalmers, el charquicán se adecua a muchos productos, lo que lo convierte en un plato muy flexible. “No requiere camarones, ni caviar, pero su esencia también lo permitiría, ya que el charquicán puede ser elaborado con todos los alimentos que se apetezcan, los que quedaron o los que son sus favoritos. Su receta no es estricta en lo absoluto, por lo que permite combinar colores y sabores en gran variedad. Y recordemos que mientras más variedad en los ingredientes, más propiedades nutritivas obtenemos”, afirma.
Como base, usualmente encontramos las papas y el zapallo, aunque algunos también le agregan otros cereales como el arroz. “Para asegurar que ofrezca los nutrientes necesarios, la incorporación de acelga, tomate, zanahoria y choclo es una fuente de fibra y vitaminas bastante práctica y sabrosa. Como proteína se recomienda solo cuidar que su preparación y su origen sea saludable, ya que ésta también puede variar, pudiendo ser protagonista tanto la carne como el huevo. Pero insisto en elegir cortes desgrasados de carne, que el huevo no se prepare frito, y nunca dañar las propiedades de este maravilloso plato chileno agregándole algún tipo de embutido, que aunque en sabor puede no hacer daño, a la salud sí”, concluye la docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico.