Las últimas cifras entregadas por la Organización Mundial de Salud (OMS), indican que la expectativa de vida de los chilenos es de 80,5 años, convirtiéndonos en el país que lidera el ranking en América Latina y quedando en segundo lugar a nivel del continente americano, luego de Canadá, que tiene una esperanza de 82,2 años.

Prevenir debe ser la consigna, y no sólo en el ámbito laboral, sino que como hábito extendido a todas las actividades que involucran al ser humano durante su vida. Por ello, y considerando que estamos en el Mes del Adulto Mayor, un experto se refiere a cuáles son los accidentes más comunes en este rango etario y cómo poder evitarlos.“Esta estimación trae implicancias no sólo económicas para el país, sino que además para cada persona, puesto que el ‘vivir más’ debe traducirse en ‘vivir mejor’. Para ello, es necesario implementar actividades que promocionen la salud y la calidad de vida, en especial en las personas mayores. El estar preparado y el tener una buena condición física, no sólo se reflejará en una mejor salud, sino que además en una mejor y más rápida recuperación”, señala el docente de la carrera de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Luis Ahumada Fuentes.

Es aquí donde cobra significado el concepto de autocuidado. “El autocuidado se refiere al conjunto de actividades que fomentan la autorresponsabilidad en el cuidado de la vida y la salud, de modo de mejorar la calidad de vida, no sólo de los adultos mayores, sino que de la población en general”, explica el docente.

Por eso, el experto de la Universidad del Pacífico hace un llamado a poner atención en aquellos lugares donde más se producen accidentes. “Es sabido que el lugar donde ocurren más accidentes es el hogar, de modo que una adecuada identificación de las situaciones que constituyen un peligro, nos llevará a tomar medidas capaces de controlarlo adecuadamente”, comenta.

El profesional indica que de acuerdo a la OMS, las caídas accidentales son la segunda causa de fallecimiento a nivel mundial. “Se calcula que son cerca de 424 mil personas las que mueren anualmente por esta razón. Es por ello que se hace necesario establecer estrategias preventivas basadas en la educación y en la creación de entornos más seguros para controlar adecuadamente estos riesgos”, plantea.

Luis Ahumada afirma que dentro de las principales causas de lesiones no intencionales en los adultos mayores, están, después de las caídas, las quemaduras, la electrocución y el envenenamiento.

“Por esta situación, se considera que la edad es uno de los principales factores de riesgo, puesto que los adultos mayores son quienes corren mayor riesgo de muerte o lesiones graves por caídas. Las consecuencias están dadas en su gran mayoría por hematomas, fracturas de cadera, traumatismos craneoencefálicos, lesiones que se ven agravadas por las condiciones propias de la edad, como trastornos físicos, sensoriales y cognitivos, y falta de adaptación del entorno”, añade el académico.

De hecho, uno de los lugares más críticos son las escaleras, ya que allí no sólo se producen caídas, sino que además golpes y cortes en diferentes zonas del cuerpo, por lo Ahumada recomienda adoptar algunas medidas como: utilizar el pasamanos al momento de subir o bajar, encender la luz, no caminar a oscuras, mantener las áreas de tránsito libres de obstáculos e instalar bandas antideslizantes en los escalones.

Otro lugar crítico son los baños. “Es necesario y funcional cambiar las tinas por receptáculos de ducha; instalar barras de seguridad para facilitar no sólo los desplazamientos, sino que también la movilidad; colocar superficies antideslizantes dentro y fuera de la ducha; y mejorar la ventilación para evitar la acumulación de vapor de agua”, aconseja el especialista en Prevención de Riesgos de la U. del Pacífico.

También hace un llamado a prestar atención al área de la cocina. “Ahí es donde aumentan considerablemente los peligros, ya que aparte de las caídas, están las quemaduras, los cortes, los incendios, etc. Como prevención, se recomienda ubicar los mangos de los utensilios sin que sobresalgan del borde de la cocina, no utilizar cuchillos demasiado afilados, no cocinar con mangas o ropa muy ancha, limpiar los filtros de las campanas, verificar que las llaves de paso de gas queden bien cerradas cuando no se estén utilizando y mantener un adecuado orden”, enumera el profesor.

Para evitar incendios, Luis Ahumada plantea que es necesario crear conciencia. “Se sugiere no fumar nunca en la cama, y si la persona está sentada y nota somnolencia es bueno que deje de fumar. Por otro lado, no hay que sobrecargar las instalaciones eléctricas y desconectar los equipos luego de ser utilizados”, precisa.

Por último, para evitar intoxicaciones es conveniente adoptar también algunas medidas. “Si está tomando medicamentos, manténgalos en su caja original, guárdelos en un lugar adecuado respetando las condiciones de conservación, utilice dispensadores o pastilleros en el caso de consumir varios de ellos, pero sobre todo no se automedique”, resalta el experto de la U. del Pacífico.

Ojo también con la calle

Si bien es cierto que la mayoría de los accidentes suceden al interior de los hogares, un porcentaje no menor también ocurre en la calle. “Fuera de la casa, los principales accidentes son las caídas y los accidentes de tránsito, como son los atropellos”, explica el docente de Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Luis Ahumada.

En ese contexto, ¿cómo un adulto mayor puede evitar riesgos estando en el exterior? “Para su adecuada prevención se recomienda que camine despacio; que utilice un calzado cómodo y seguro; que use medios de apoyo, de ser necesario, como bastones; que idealmente no salga solo; que transite por los lugares habilitados y que respete la señalización del tránsito. También es necesario evitar llevar bolsos y/o adornos muy ostentosos, ya que éstos llaman la atención a los amigos de lo ajeno. Y sobre todo, que no sienta vergüenza y si necesita ayuda, que la solicite”, puntualiza el experto.

Por último, hace una invitación a un mayor compromiso con el autocuidado. “El hecho de vivir más debe ser un aliciente para adoptar un mayor compromiso con el cuidado personal. Es por ello que no deje de realizar actividades físicas propias de la vida cotidiana y, en lo posible, incorpore una rutina de ejercicios físicos adaptados a su capacidad física y visite al médico en forma periódica. De este modo su salud mejorará y estará en mejores condiciones de evitar accidentes”, concluye el profesor de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico.