En un tremendo aporte para los jóvenes estudiantes de nuestro país se ha convertido con el paso de los años el Torneo Delibera. Ver alumnos de colegios de las distintas regiones de Chile, con distintas miradas, debatiendo ideas, y participando del debate legislativo, es un factor que nos estimula e invita a aumentar la participación de los niños y jóvenes. Como Presidente del Senado fue un honor recibirlos en este Congreso en el reciente torneo, donde participaron en el debate cívico, en el pensamiento propio, en la discusión respetuosa, y así vimos qué temas inquietan a cada generación de estudiantes.

Es alentador a su vez el creciente interés de establecimientos educacionales, de los alumnos y profesores, por participar en Delibera. A menudo se critica la distancia de la política con la ciudadanía; pues bien, esto es precisamente un esfuerzo para acercar la cosa pública a la ciudadanía, en este caso a nuestros jóvenes alumnos, quienes en este espacio pudieron trabajar en lo mismo que hacemos los parlamentarios electos por la ciudadanía para representarlos, es decir, debatir sobre proyectos de ley que afectan a toda la comunidad.

Pudimos abrir un espacio necesario para discutir sobre cómo queremos que esa este país, cuáles normas consideramos necesarias para la convivencia, cómo cuidamos nuestros recursos naturales, cómo mejoramos la representación y la participación política, cuál será el presupuesto del Estado, cómo se reparte, cuáles derechos debemos asegurar a todo evento, esos y muchos otros temas fueron parte del refrescante debate de ideas entre nuestros estudiantes.

En el Poder Legislativo, está representada parte de la diversidad de Chile. Hay puntos de vista distintos, hay corrientes de opinión que representan las diferentes miradas de la ciudadanía, que se expresan en el pluralismo y la diversidad del Parlamento. Entonces, al llegar la hora de abordar la tramitación de una ley, hay discusiones, debate.

Los jóvenes estudiantes que este año participaron del Torneo Delibera trabajaron en discernir un problema que les afecta, y que consideraron posible de solucionar mediante una ley. Han elaborado una iniciativa juvenil de ley y han difundido su propuesta en sus establecimientos educacionales y en las redes sociales, se han involucrado a fondo con el funcionamiento de nuestro país, con qué sistema queremos, qué es bueno y qué puede mejorar nuestras vidas: ellos, con argumentos defendieron sus propuestas.

Los argumentos son necesarios para confrontar puntos de vista, y hacerlo implica no sólo pensarlos y defenderlos, sino también tener la capacidad de escuchar los argumentos del otro y sopesarlos en su valor. Argumentar es una forma de comunicarnos con respeto; pensar, razonar, hablar, escucharnos, tener la capacidad de acoger argumentos del otro también fueron parte del enriquecimiento del debate de nuestros jóvenes estudiantes, quienes confrontaron sus ideas y visiones de la sociedad que quieren para un mejor país.

En esta ocasión el premio de ganador se lo llevó el Instituto Nacional de Santiago; sin embargo, quiero destacar a todos y cada uno de los participantes de este noble evento. Involucrarse y aportar a la sociedad es una tremenda lección que les servirá en sus vidas: espero volver a verlos más adelante, en las federaciones estudiantiles, en las juventudes políticas, en instancias de participación ciudadana, en el debate público. Nos hace muy bien, como país, que nuestros jóvenes se interesen en las cuestiones públicas, que debatan y que participen. Así se renueva el país, así se renueva la política: con más política, con más diálogo, con más ideas.