Permisivas, autoritarias, conservadoras, modernas y posesivas, son sólo algunos de los términos que se suelen usar para categorizar a las madres. Sin embargo, no parece ser una tarea fácil. ¿Es posible tipificarlas?

Son muchas las circunstancias que hacen que el rol de las madres se materialice de diferentes formas. Los distintos tipos de crianza y educación de los hijos, normalmente derivan en una suerte de clasificación. ¿Qué tipo de madre eres?“Es muy difícil clasificar a las madres, ya que todas las mujeres son distintas. También el rol de la madre va a depender mucho del tipo de crianza que ésta tenga con sus hijos. Podríamos hablar de madres con tipos de crianza más autoritaria, madres más democráticas o liberales. Sin embargo, creo que clasificar desde ese aspecto es muy encasillador, ya que existen muchos tipos de crianza”, comenta la psicóloga de la Universidad del Pacífico, Sofía Fiedler.

Por ello, la profesional señala que más que hablar de tipos de madres, es mejor hablar de tipos de vínculo y apego que se generan entre madre e hijos. En este contexto, Fiedler distingue cuatro tipos de apego:

  • Apego Seguro. “Se entiende como un tipo de vínculo sano entre la madre y el hijo, donde hay libertad para el niño de explorar. Acá se siente una crianza afectuosa, con mucho cariño y respeto. Los niños tienen la capacidad de poder estar con su madre. Ante la separación de ella, los niños pueden sentir algo de angustia, la exploración puede decaer, sin embargo, al regreso de ella, el niño siente una enorme alegría y confianza, activando conductas de apego”.
  • Apego Ansioso o Ambivalente. “Se da cuando existe un tipo de crianza más bien ambivalente, donde la madre sobreprotege al niño, evitándole los espacios de exploración. Ello hace que exista una enorme ansiedad del niño cuando hay una separación de la madre y al regresar. Acá el tipo de relación es más bien de abandono, es decir, el niño se preocupa de no volver a perder a la madre, manteniéndose lo más próximo a ella”.
  • Apego Evitativo. “Tipo de crianza de parte de la madre más bien evitativo, el que genera un tipo de apego más bien indiferente de parte del niño. Es un tipo de crianza más bien independiente, donde la madre no presta mucha atención al niño. Esto genera que ante la ausencia y presencia de la madre, no exista un gran interés del niño por ella”.

Sin duda, la crianza que recibimos cuando pequeñas es determinante en el tipo de madre que somos o seremos. “Nuestro tipo de crianza va a estar en gran parte determinado por cómo fuimos criados. Puede darse, por ejemplo, en tipo de crianzas autoritarias que luego la madre no quiera replicar, en caso de que haya sentido que no fue una buena crianza para ella en su niñez, por lo que buscará una mediación más democrática. Ahora, si la madre siente que el tipo de crianza vivida en su infancia fue buena, posiblemente la replique”, acota.

No existe la madre perfecta

Muchas mujeres sueñan con alcanzar la perfección en la maternidad, lo que según Sofía Fiedler es una trampa. “Todas las madres son distintas, tienen métodos distintos y, lo más importante, es que son humanos y como todo ser humano pueden cometer errores. Hablar de la madre perfecta es casi un factor de ansiedad, ya que muchas madres sienten esa inseguridad día a día. Cada una es madre y va a intentar hacer lo mejor con su hijo, con los métodos que ella considere efectivos”, aclara.

Por lo tanto, para prepararse para la crianza recomienda que lo mejor es dejarse llevar por la intuición. “No caer en lo que dice el resto o en exceso de teorías. Está bien investigar y quedarse con la que haga más sentido, pero no caer en absolutismos. Cada madre es especial y única y va a saber lo que es mejor para sus hijos (en relaciones sanas)”, finaliza la psicóloga de la Universidad del Pacífico.